miércoles, 11 de junio de 2014

Adictos

"La adicción es una enfermedad primaria, crónica con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influencian su desarrollo y manifestaciones. La enfermedad es frecuentemente progresiva y fatal. Es caracterizada por episodios continuos o periódicos de: descontrol sobre el uso, uso a pesar de consecuencias adversas, y distorsiones del pensamiento, mas notablemente negación."

Fuente: http://www.adicciones.org/

Respecto de las adicciones, no me interesan las historias de personas que ni las han padecido ni las han tratado. Tampoco le adjudico mucho valor, al menos en esto, a las personas que comentan que jamás han caído en ellas debido a su entereza o a su templanza. A quienes si les reconozco coraje y voluntad es a los que, padeciéndolas, han salido de ellas.

Una adicción es una enfermedad crónica que no se puede curar, pero que se puede frenar. Sin embargo, es ponerle este freno lo que de verdad precisa de grandes dosis de voluntad, ilusión, valor y deseo. Son estos, valores que respeto y admiro en un ser humano.

Cualquiera puede caer, como cualquiera puede no caer. Pero cualquiera no frena su enfermedad. Desarrollar o no una adicción, por tanto, carece de mérito. Frenarla tiene muchísimo.

Es triste ver como el enfermo, rehabilitado o no, es estigmatizado, hasta por personas presuntamente cultas, en plena era de la información, como un vicioso, un débil o una mala persona. Es lamentable observar el desprecio que tantas personas llegan a manifestar por quienes han salido del círculo vicioso de la adicción, como si fueran apestados, enfermos contagiosos o como malas influencias que les podrían dar mal nombre. No, a esas personas no hace falta que nadie les de mal nombre: ya hacen gala de él.

Cuando conoces a adictos y escuchas sus historias te das cuenta de que muchos no son diferentes a ti. Te das cuenta de que, en diferentes circunstancias, podrías haber sido tu. Pero cuando escuchas a adictos rehabilitados, especialmente a aquellos que han recaído en alguna ocasión para volver a levantarse, te das cuenta del enorme valor y fuerza que han tenido: primero para reconocer su enfermedad, luego para tratarla y, por último, para salir de ella.

Estos seres humanos, excepcionales entre los adictos - la mayoría morirán siéndolo -, me resultan de enorme interés: se trata de personas que llegan a "quitarse", incluso, en circunstancias totalmente adversas, sólo a base de esfuerzo e ilusión. De pura fuerza de voluntad.

He aprendido a respetarlos, a valorarlos como lo que son: luchadores. He dejado atrás el estereotipo de que se trata de seres débiles y viciosos: he conocido a demasiados hombres y mujeres y pretendidamente fuertes, sólo en apariencia, muy pagados de si mismos, que se hubieran ido a la tumba con su enfermedad de haberla padecido. Y he conocido a hombres y mujeres excepcionales que no se han rendido aún habiendo recaído, que no se han dejado llevar por un camino que sólo tiene cuatro opciones: cementerio, cárcel, manicomio o libertad.

Es a esos hombres y mujeres libres a quienes dedico este breve artículo, con mi respeto y mi admiración. Pero también a esos hombres y mujeres, aún atrapados por su enfermedad, y que tienen en su mano su libertad, su salud, su vida.

martes, 7 de enero de 2014

¿Cómo ir a Pompeya?

Uno de los destinos imprescindibles para los amantes de la historia y la arqueología del mundo romano es Pompeya. Para ello, si estás en Italia, tienes dos opciones: elegir un viaje organizado u organizarlo tu. Mi recomendación es que lo organices tu mismo, pues te ahorrarás un buen dinero y tendrás plena libertad de movimientos.

Ahora bien, ¿cómo ir a Pompeya por nuestra cuenta?

Lo primero es ir a la estación de tren de Nápoles (Napoli Centrale) con el horario y
Teatro pequeño en Pompeya
Teatro pequeño de Pompeya
precio que más te convenga. Para ello, te recomiendo que utilices la web de Trenitalia (http://www.trenitalia.com/). Dado que el trayecto desde, por ejemplo Roma, dura entre una y dos horas, otra media hora desde la estación de Nápoles a las excavaciones, que la visita a Pompeya puede durar cuatro horas o más, y los horarios de apertura, lo mejor es salir temprano (antes de las 8 de la mañana), y considerar que vas a necesitar un día entero para la expedición. En cuanto a los billetes, puedes comprarlos en las máquinas expendedoras de Trenitalia, que hallarás en cualquier estación. 


Es muy importante que tengas en cuenta los horarios de visita al yacimiento, que varían en función del mes:

  • Del 1 de abril al 31 de octubre, de 8:30 a 19:30. Última entrada a las 18:00.
  • Del 1 de noviembre a 31 de marzo, de 8:30 a 17:00. Última entrada a las 15:30.
  • Cerrado los días 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre. 

El plano de Pompeya, fundamental en las visitas no guiadas
Calles de Pompeya
Los precios de los billetes de tren varían mucho, pudiendo encontrarlos a partir de 12€ (precios enero de 2014 desde la estación de Termini, en Roma). 

Una vez que llegues a la estación de Nápoles, has de bajar al sótano y comprar un billete en dirección a Sorrento (2,90€), de la linea Circumvesubiana. Atento, porque los trenes en dirección a Sarno parten del mismo andén. Si te equivocas de tren, no pasa nada, regresa a la estación de Barra y coge el tren correcto. La estación en la que tienes que bajar es Pompeii Scavi - Villa dei Misteri

Entrar a Pompeya cuesta 11€ (5,50€ para ciudadanos de la UE menores de 18 años o mayores de 65, y maestros de escuela de la UE acreditados). Te recomiendo adquirir una audioguía (6,50€), que junto con el mapa te será muy útil.

Para comer, en la misma puerta de las excavaciones hay restaurantes con menús de 10€ (servicio en mesa aparte), aunque si vas a estar todo el día en ellas, es recomendable llevar bocadillos y bebidas. 

Sobre las excavaciones, horarios y precios tienes más información aquí


Pompeya
Pompeya